Foto: Leonel ESCALONA FURONES
Su padre no se llama Zeus. No nació en Grecia, sino en Baracoa. Tampoco proviene de la gran mitología del país helénico, porque su realidad es la guantanamera. El 12 no es el número de trabajos que debe realizar, pues solo uno le preocupa, superarse a sí mismo. No responde al nombre de Hércules, para todos es: Roger Pérez Romero.
Un muchacho de apenas 17 años que encontró en la práctica de la halterofilia un modo de realizarse como atleta y como persona. Roger pertenece a la división de los 62 kilogramos y en su aval resalta el hecho de haber competido en cinco campeonatos nacionales y uno foráneo, siendo siempre medallista.
“Comencé en las pesas a los once después de pasar por varios deportes como la lucha y el ajedrez, desde que la descubrí me motivó. Hasta el momento mi resultado más relevante ha sido en el torneo internacional Manuel Suárez in memoriam, un evento que se realizó en Varadero, Matanzas el pasado año y donde obtuve la presea de oro”, explicó.
“En este 2013 espero ser invitado nuevamente a este campeonato y por supuesto mejorar el color de la medalla que obtuve en el juvenil anterior, estoy trabajando bien fuerte para obtener el título o por igualar la plata”.
“Mi meta es una sola, llegar a formar parte de la selección nacional y una vez que llegue, esforzarme al máximo por participar y ganar en campeonatos mundiales y olímpicos, ese es el sueño que persigo”, aseguró.
Roger, quien ve en su entrenador Ernesto Montoya Laurencio, subcampeón mundial y gloria deportiva en Guantánamo, a su ídolo y ejemplo, tiene parte de su anhelo conseguido, pues a partir del próximo curso subirá a las filas del alto rendimiento cubano.
Como él, otros cinco pesistas buscan ubicar a la provincia en los planos estelares, un lugar que hace tiempo no les pertenece.
“El principal problema que enfrentamos desde hace años, es la falta
de gimnasios, eso ha afectado no solo las prácticas de los atletas y su rendimiento, sino también las posibilidades de captar nuevos talentos”, manifiesta Víctor Dranguet Rodríguez uno de los entrenadores.
“Desde que tuvimos que salir de la EIDE por la reparación del edificio docente hemos deambulado por varias áreas y ahora mismo ocupamos un espacio reducido “prestado” que no cumple con las condiciones que se requiere para un desempeño óptimo de los muchachos en las competencias”, explica.
La situación de la halterofilia del Guaso ahora está un poco mejor pues hay más constancia, en el campeonato nacional pasado se alcanzó un quinto puesto y las aspiraciones para este son de superar o igualar dicho resultado. Sin embargo, otros factores atentan contra estas ambiciones.
“Antes contábamos con la categoría 13-14 pero se eliminó y solo tenemos una, la juvenil, por tanto hay que captar a los atletas de los combinados que llegan aquí sin una base y nos vemos obligados incluso a quemar etapas, lo que puede ser perjudicial para el alumno”, expone Montoya Laurencio.
“También está la condicionante de que reglamentariamente debemos asistir a las competencias con un equipo femenino, aquí entrenamos a cuatro niñas pero la falta de condiciones en el gimnasio las perjudica y las desmotiva”, dice.
Las pesas en el Guaso afortunadamente cuentan con exponentes que tienen deseos de com
petir y hacerlo bien, nombres como Abel Orlando Bronk en los 56 kilos y Leonardo Collazo en los 94, son junto a Roger, los mejores ejemplos.
La entrega de Leonardo quedó más que demostrada durante la visita de este semanario, pues por primera vez en su carrera deportiva logró levantar 115 kilogramos. Cuánta fuerza tienen en los músculos y en el espíritu.
Diana 