«Cuba del Río», así, de manera irónica, se refieren los aficionados —tanto en las calles como en las redes sociales— al equipo de béisbol que representará a nuestro país en la Serie del Caribe de la disciplina que del 2 al 8 de febrero próximo tendrá lugar en San Juan, Puerto Rico.
El estadio sede de varios partidos durante la primera edición del Clásico Mundial de béisbol, el Hiram Bithorn, recibirá a un equipo cubano. Foto: Tomada de la Página oficial de la Serie del Caribe
Esta es, sin dudas, otra muestra de que a los cubanos les corre por la venas la misma cantidad de humor que de sangre. Aunque lo que más demuestra este apelativo es la inconformidad de muchos con el hecho de que el plantel ganador del campeonato 53 de la pelota cubana, Pinar del Río, asista a la cita puertorriqueña con un mayor número de refuerzos de la selección nacional que de pinareños.Los criterios a favor de la decisión, respaldados en su mayoría por la prensa especializada, defienden la tesis de que triunfar en el torneo —algo que un equipo del patio no logra desde 1960— está por encima de cualquier regionalismo.
Esta vez el objetivo primordial es llegar al podio y así borrar la mala imagen que dejó el pasado año la representación de Villa Clara, un conjunto que ancló en el último lugar de la justa y que por cierto también llegó a Islas Margaritas reforzado.
Se afirma además que una lid de tanta calidad e importancia, no debe ser la competencia para estimular a los vencedores de la principal campaña beisbolera de la Isla, percepción sobre la que se entretejen varias interrogantes.
Por ejemplo, teniendo en cuenta que cada vez son menos los torneos internacionales de la disciplina, ¿si no es la Serie del Caribe —cuya esencia es que participen los campeones de las ligas nacionales involucradas— entonces cuál será la candidata ideal para el incentivo que necesitan los jugadores que no forman parte del equipo Cuba?…
¿Están conscientes los peloteros antillanos de las diferentes novenas de que (más allá del título nacional) la dedicación a la causa de su provincia pudiera no ser premiada con un puesto en la selección del año siguiente con vista a la Serie del Caribe?…
Según algunos, no fue esta una decisión justa con aquellos que merecían algo más que una medalla y un trofeo, pues les correspondía un reconocimiento mucho más valioso: adornarse el pecho con las cuatro letras.
Sin embargo, ser sentimentales y regionalistas no nos hará ganar el campeonato y estoy de acuerdo; no obstante, ¿llevar un mayor número de refuerzos garantizará la victoria?…
Queda confirmado: El béisbol cubano tiene una imperiosa necesidad de vencer y «convencer» al mundo de que no está coqueteando con la debacle, y ante semejante sed de gloria, cada «pataleta» en contra de lo que ya es un hecho consumado, resulta inútil.
No es menos cierto que a todos nos gustaría ver nuevamente a Cuba en la cima de un torneo de élite como lo es la Serie del Caribe porque, siendo sinceros, el triunfo en los Centroamericanos supo a dulce robado a niños en la puerta de un colegio mexicano, un crimen que fácilmente pudo cometer una selección sub 23.
Por eso, cuando son pocos los días que nos separan del inicio de la lid, solo nos resta confiar, apoyar al equipo y a su colectivo técnico, y festejar cada out 27 que caiga a nuestro favor sin dejar de estar preparados para la derrota, que puede llegar de manos de cualquiera de los restantes conjuntos presentes en el estadio Hiram Bithorn de la capital puertorriqueña.
La realidad se impone. Cuba, durante una semana, será Vegueros de Pinar del Río. Ojalá y podamos demostrar a venezolanos, dominicanos, mexicanos y anfitriones, que el mejor tabaco del mundo, también daña la salud.
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Diana 
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